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Hace un tiempo fui invitado a impartir una conferencia en Sevilla sobre impacto social e impactado me quedé en la terminal de salidas del aeropuerto; allí, una joven de aspecto ejecutivo con americana, falda ceñida, pelo negro recogido en un moño y maletín en mano, buscaba una mesa vacía en el bar para apoyar su vaso de cerveza. Eran las 12.30 horas y, por prejuicio, me sorprendió la imagen de esta chica que ya presenté en otra entrada del blog: persona joven-con maletín de trabajo-pelo y rostro cuidado-cerveza en horario de mañana. Un martes cualquiera.
Mientras hacía un hueco en el compartimento del avión para colocar el equipaje de mano, observé que la businesswoman ocupaba el asiento detrás del mío; vuelo IB475, asiento 10D. Clase turista. Aprovechando los últimos minutos antes del despegue y la obligación de apagar los aparatos electrónicos, se lanzó a su maletín para buscar el móvil y atender a un llamada que parecía urgente. No puede evitar seguir la conversación.
- “Pablo, déjalo…no puedo más. De verdad”. Respondió con voz pausada la joven.
- (….)
- “Pablo, de verdad, no voy a seguir hablando y no vas a convencerme, esta vez tiro la toalla. No quiero continuar así….abandono”.
- (….)
- “Pablo, estoy hasta el “chumino” –en este punto de la conversación me acomodé en el asiento. La llamada prometía el máximo interés-. “Hasta el “chumino”…¡hasta el mismísimo coño! Pablo, no puedo más….Estoy hasta las narices del gilipollas de nuestro jefe y de esta puta empresa” –queda dicho.
- (….)
- “¿Pero qué voy a hablar con él si no escucha? Lo sabe todo y es el más listo…pero la próxima vez que hablemos le diré que se quede con el trabajo. Yo me voy a currar a donde pueda. A la mierda con el MBA, yo me voy a un supermercado o donde sea….Pablo, de verdad, estoy hasta el coño de sus DAFOS, sus planes de mejora y sus ASAP, vamos, los As soon as possible…¡hortera, que es un cutre hortera!

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En ese mismo momento, a mi derecha una señora atendía su última llamada: “Mira, no me llaméis en la próxima hora que estaré volando. ¿Ya tenemos brasileñas para la clausura del congreso? …No me gustan los problemas, y si no hay brasileñas me valen monitoras de zumba, pero que sean monas y se muevan bien para hacer un baile de clausura. Y si no aparecen las chicas me da igual que sean chicos, brasileños o lo que sea… pero ágiles, en una hora aterrizo y os llamo para ver cómo lo habéis solucionado. No me gustan los problemas, ¿vale? Tampoco tienen que pensar,¡lo tienen todo escrito y con fotos, como un tutorial!”.
Tras soltar estas perlas, la ejecutiva de eventos y congresos apagó el móvil, se tranquilizó e intentó dormir durante todo el viaje. Hasta el aterrizaje, momento en el que abrió el teléfono como una poseída para averiguar si ya estaba armada la samba. De la otra chica no supe más, se quedó callada durante todo el trayecto.
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En el aeropuerto tomé un taxi, dejé la maleta en el hotel, y salté de cabeza hacia una mesa redonda sobre el impacto social de las fundaciones organizada por la Fundación Bertelsmann. Tres, dos, uno…¡toca intervención!

Unas horas después estaba solo y cansado, satisfecho por la experiencia, por las estupendas personas que había conocido y el cóctel servido en el patio de la Fundación Valentín de Madariaga. El elevado nivel de activación que mantenía y la vida de las calles de la ciudad me impedían regresar al hotel, así que me encontré, sin darme apenas cuenta, en una terraza de la Alameda de Hércules, acompañado por unas bravas y una tapa de carne mechada. Había estado rodeado de gente media hora antes, de colegas de profesión con los que parecía compartir todo un mundo, y ahora estaba solo.
En la plaza unas italianas bailaban sin gracia ante una pareja de gitanos mayores -él con guitarra y ella con mantón- que se ofreció a hacerse selfies a cambio de unas monedillas de las ragazzas. Una cruz como otra cualquiera. Y entonces recordé a la joven ejecutiva angustiada con su vida laboral y en cómo sería el equipo de samba que cerraría un congreso en algún lugar de este país, mientras los asistentes estarían charlando sin diferenciar entre una persona de Brasil de otra de Fuenlabrada.
Bebí un sorbo de Rioja, miré hacia plaza que iba llenándose de gente y, por libre asociación de ideas, recordé a los cientos de alumnos de Harvard que se matriculan cada semestre en un curso optativo sobre Positive Psychology. Este es uno de los programas breves con mayor número de alumnos en la universidad norteamericana (sí, han leído bien, en Harvard).
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My purpose in life is to bring happiness to life –in individuals, groups, and organizations, reconoce Tal Ben-Shahar, el psicólogo israelí que imparte este seminario en el que se explican pautas para caminar hacia la felicidad.

En sus aclamadas sesiones el siempre amable y sonriente Ben-Shahar ofrece siete pautas básicas para mantener un nivel estable de felicidad en la vida cotidiana. Aunque no soy muy amigo de la Psicología Pop, reconozco que sus consejos son sencillos pero certeros y qué bien le vendrían a la coordinadora de eventos a la que no le gustan los problemas, a la chica agobiada y, por su supuesto, a su jefe. He aquí sus lecciones (1):
Lección 1. Démonos permiso para ser humanos. Las emociones como el miedo, la tristeza o la ansiedad son, simplemente, algo natural. Como nuestra cultura tiende a rechazar u ocultar las emociones negativas, cuando estas surgen, pensamos que algo va mal, sin comprender que lo que realmente iría mal es no vivir las emociones humanas, entre las que también se encuentran, aunque nos duela, la tristeza o la ansiedad.
Lección 2. Bien en el trabajo, en casa o en tiempo de ocio, debemos dedicarnos a lo largo de la semana a alguna actividad que nos suponga un significado especial. Además, parece que una o dos horas de actividades placenteras pueden afectar a la percepción de la calidad de todo el día…o incluso la semana, y su simple recuerdo siempre conllevará activar las emociones positivas. Y es que ya se sabe que los recuerdos también recuperan las emociones vividas durante los acontecimientos recordados.
Lección 3. Con excepción de circunstancias dramáticas, en la vida cotidiana nuestro nivel de bienestar estará en buena medida determinado por la percepción que hagamos de los eventos externos. ¿Vemos el vaso medio lleno o medio vacío?, ¿pensamos en términos de problemas o de soluciones? Pensemos en un sencillo ejemplo: en la mesa de al lado un grupo se está riendo; ¿se ríen de mí o se ríen porque están de juerga?
Lección 4. Simplificar. Estamos absolutamente ocupados, llenos de actividades con cada vez menos tiempo. La cantidad ha sepultado a la calidad, y comprometemos la felicidad por la autoexigencia de querer hacer muchas cosas. Y en este sentido, aprender a decir no a otros puede significar decir sí a nosotros mismos.
Lección 5. No olvidar la relación entre el cuerpo y la mente, pues el bienestar corporal afectará a nuestras funciones psicológicas. Actividad física, sueño suficiente, alimentación y hábitos saludables, acaban teniendo relación con la salud tanto física como mental.
Lección 6. Expresar gratitud, siempre que sea posible. Esto no es un juego en que todo el mundo está a nuestro servicio, y por ello no está nada mal aprender a agradecer las buenas experiencias en la vida, desde las relaciones con otras personas hasta la comida, la naturaleza, la cultura o una sonrisa.
Lección 7. Priorizar relaciones. Uno de los predictores del nivel de felicidad es el tiempo que disfrutamos con personas a las apreciamos y nos aprecian (familia, pareja, amigos…). En este sentido, no podemos disfrutar por igual del tiempo pasado con otros y es necesario elegir con quién deseamos compartir nuestros tiempos de trabajo y de ocio.
We too often take our lives for granted. Learn to appreciate and savor the wonderful things in life, from people to food, from nature to a smile. A menudo damos por sentado nuestras vidas. Aprende a apreciar las cosas maravillosas de la vida, desde las personas a la comida, desde la naturaleza a una sonrisa; Ben-Shahar dixit, y no seré yo quien vaya a llevarle la contraria. Y entre estos pensamientos regresé al hotel atravesando la Alamenda y pensando que a las 8.00 horas saldría el vuelo de regreso.

P.D. Borrador escrito en una Moleskine -en forma de anotaciones de ideas- en una terraza de la Alameda de Hércules, al anochecer en Sevilla el 7 de octubre de 2015. Casi tres años después, una tarde de sábado fría y lluviosa, las anotaciones han salido del cuadernillo para transformarse en esta entrada del blog.
- En el vídeo Five ways to Become Happier Today, de 2012, Tal Ben-Shahar ofrece un resumen de sus consejos sobre la felicidad. En su web o en diferentes páginas de Internet se encuentran otros vídeos y lecturas del autor de contenido similiar.
Decía el poeta que si lloras por la ausencia de sol, las lágrimas te impedirán disfrutar de las estrellas. Lamentablemente tus “compañeras” de pasaje lo expresaban su ausencia de sol de un modo más burdo. Seguro que tú sí disfrutaste la cerveza en el Paseo de la Alameda, tanto como yo disfruté hoy de La Creación, de Haydn, en el concierto de Auditorio. Sigamos así, amigo, y que nos lo sepas seguir contando de modo tan admirable.
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